martes, 7 de noviembre de 2017

EL PAISAJE COMO MEMORIA EN LA OBRA DE LORENA MARTÍNEZ



María Marto




El paisaje como memoria, seña de identidad, encarnación de nosotros mismos. “El paisaje no es lo que vemos, sino lo que somos” como diría Fernando Pessoa. Es así como la joven artista Lorena Martínez (Cieza; 1991) percibe su entorno. Una mirada consciente, romántica y en ocasiones con tintes reivindicativos que vuelca sobre sus obras, pictóricas y fotográficas.
Su amor por Cieza y por el potencial de su paisaje es un hecho.En 2013, con motivo de su Trabajo Final de Grado, desarrolló un proyecto pictórico sobre el Menjú (lugar emblemático y cargado de historia a la vez que castigado por el paso del tiempo), y en 2017 su profundo interés hacia esta finca la llevó a desarrollar un proyecto fotográfico con una visión renovada e inusual sobre el mismo. La floración es otro tema que ha pasado por los pinceles de la artista; en 2016 inició el proyecto pictórico Renaceres efímeros en el que muestra algunos escenarios que recogen el extraordinario espectáculo visual de un paisaje modelado por la mano del hombre. Su último proyecto, que comenzó en 2015 con motivo de su Trabajo Final de Máster en la Universidad Politécnica de Valencia se titula Huellas del Esparto; éste, a través de varias técnicas, supone un homenaje a la vez que una muestra reivindicativa de algunos paisajes de balsas que dejó la desaparecida Industria del Esparto de Cieza.
En la obra de Lorena Martínez existe una curiosa fusión entre lo artístico y lo documental; sustenta todos sus proyectos sobre una investigación y un trabajo de campo, generando una reflexión que traslada al arte. Sus obras invitan al espectador a ver más allá de lo que tiene ante sus ojos. Su principal medio de expresión es la pintura, aunque confiesa que la fotografía supone una herramienta de trabajo fundamental para desarrollar sus diferentes composiciones. 


Maravillada por la pintura del Romanticismo, el Impresionismo, el Surrealismo, la Pintura Metafísica italiana y artistas como Joaquín Sorolla, nos presenta un paisaje solitario y sosegado por el que nuestra vista puede pasear tranquilamente y deleitarse en sus rincones. La luz es la protagonista, congelando en nuestra retina un instante que parece único. El encuentro del sentimiento de lo sublime en la unión de la naturaleza y las ruinas, y la idea de ruina comohuella, resto del pasado y memoria histórica van imbricados en gran parte de su obra. Pero su nostalgia por lo ruinoso no viene de la mano de ruinas clásicas, medievales, y góticas como en las pinturas románticas, sino de los reductos de un pasado cercano que no se valora lo suficiente.

A pesar de que sus orígenes fueron con el óleo, desde hace varios años su vínculo con la técnica de la acuarela ha ido en aumento hasta tal punto de realizar tres panorámicas de gran formato en acuarela para Huellas del Esparto y ser miembro de la Agrupación de Acuarelistas de la Región de Murcia. El color, la luz, la evocación y las atmósferas envolventes, -a través de aguadas certeras, la reserva del blanco del papel y la exploración con diferentes efectos visuales- dominan sus acuarelas que unen paisaje y cultura.

En cuanto a la fotografía, juega con diferentes técnicas; más manuales como la transferencia y más tecnológicas como el fotomontaje digital consiguiendo efectos de gran interés.
Además de los proyectos citados anteriormente, lleva exponiendo de forma colectiva desde 2012 en ciudades como Murcia, Alicante, Valencia, Sabadell, Barcelona, Jaén, Navarra, La Rioja y Burgos. En noviembre participará en las exposiciones colectivas Cuaderno Ciudad de Murcia en el Museo de la Ciudad (organizada por ADARM), Catharsis en Crisolart Galleries (Barcelona) y a partir del día 16 expondrá una parte de Huellas del Esparto en la Sala de las Bicis del Museo del Esparto de Cieza. En diciembre participará en la exposición colectiva Crossroads en Sitges, organizada por la Asociación Cultural La Isla de Barcelona. En este momento, y hasta el día 14 de noviembre, se puede visitar su exposición Huellas del Esparto y El olvido de un sueño en la salas de los niveles 1 y 0 del Museo de Siyâsa.
El futuro se presenta para la artista con ganas de seguir trabajando en lo que más le apasiona; el arte. Seguir presentando nuevas miradas sobre nuestro entorno, el paisaje y las relaciones que el ser humano establece con el mismo; nuevos amaneceres y atardeceres, nuevos golpes de luz y sombras que nos inviten a la reflexión y a la ensoñación.

© María Marto

Enlace a imágenes y datos de la obra:



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