lunes, 6 de noviembre de 2017

EL MAR ES EL DESTINO, AMIGO


Pedro Diego Gil López


                                                   
                                    A Jesús A. Salmerón Giménez

El mar es el destino, amigo,
los lejanos mares inéditos
para la pluma del albatros,
los cielos de nubes viajeras,
que nos atraen dulcemente
en busca del último páramo
donde irán nuestras palabras
sobre el piélago inacabable
que siempre nos deseó,
hasta alcanzar la isla del tesoro
y la soledad del náufrago
en sus playas enormes y vírgenes.
Desde el idílico paraíso
escribirás tus ágiles notas
en las hojas secas de los cocoteros,
las enrollarás con mimo
y las meterás en un botella de ron,
que lanzarás desde el arrecife
de tus bravos pensamientos
al océano de la libertad,
para que siga llegándonos
en dorados atardeceres,
a los arenales de nuestro recuerdo
el arte de la expresión verbal
con tus dichos y razones amables,
con la sonora prosa de tu relato
para que leamos por siempre
todo lo que aún nos cuentas
a través del infinito mar de la vida.


                                             © Pedro Diego Gil López


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