miércoles, 1 de febrero de 2017

JOSÉ LUIS SAMPEDRO, UN SABIO DE NUESTRO TIEMPO



Jesús A. Salmerón Giménez


Hoy se cumplen 100 años del nacimiento del escritor, economista, ensayista y referencia moral de toda persona de bien de este país, José Luis Sampedro, que nos dejó no hace todavía cuatro años y, secretamente, habita en todos nosotros.

Con motivo del centenario, en Notas queremos rendir un modesto homenaje a este excepcional humanista, uno de los grandes escritores e intelectuales de España (escucharle, y leer sus maravillosos libros, es siempre como recibir una bocanada de aire fresco, un soplo de vida que insuflan a nuestros azacaneados corazones), citando de nuestro amado autor un florilegio de frases, pensamientos y fragmentos literarios: unos breves textos pero que atraviesan el sentir de Sampedro (decir sentir no es gratuito: Sampedro, contó Trías, prefería darle una vuelta a la famosa cita de Descartes y decir: "Siento, luego existo"), escritor, pensador y maestro inmenso, al que de forma certera Carlos París definió como “economista de pensamiento y de práctica, pero no de la tropa de quien nos fustiga, sino de quien encarna la economía humana, progresista”.

Lecciones del maestro:

...hay culturas que tratan de iluminar, de profundizar dentro de uno mismo.

...escuchar al maestro, guardar silencio, meditar, esperar a ver qué ocurre. Otras culturas viven hacia fuera, más pendientes de los resultados que del proceso de aprendizaje. Una vela, un quinqué dan luz, iluminan, permiten ver; en cambio, unos focos deslumbrantes ciegan, dificultan la visión. El maestro está para ayudar a ver, no para cegar a sus discípulos.

Desde la infancia nos enseñan; primero a creer lo que nos dicen las autoridades, los curas, los padres... Y luego a razonar sobre lo que hemos creído. La libertad de pensamiento es al revés, lo primero es razonar y luego creeremos lo que nos ha parecido bien de lo que razonamos.

El día que se nace uno se empieza un poco a morir. Estamos acostumbrados a ver la muerte como algo negativo, y yo estoy tan cerca que no puedo dejar de pensar en este asunto, pero pienso con alegría vital. Lo que no nos enseñan es que el día que se nace se empieza uno a morir, y la muerte nos acompaña cada día.

Deberíamos vivir tantas veces como los árboles, que pasado un año malo echan nuevas hojas y vuelven a empezar.

Siempre se puede, cuando se quiere.

Uno escribe a base de ser un minero de sí mismo.

El tiempo no es oro; el tiempo es vida.

Qué importa mi boca cerrada, ¡cuando piensas con el alma te oyen!

La vida es una navegación difícil sin una buena brújula.

El niño siempre anda buscando. Entonces, si no se siente buscado, por fuerza pensará que el mundo falla y le rechaza.

La vida es un arder y el que no arde no vive.
 


     CREDO PERSONAL

    Creo en la Vida, Madre Omnipotente,
    Creadora de los cielos y de la tierra.
    Creo en el Hombre, su hijo,
    Concebido en creciente evolución,
    Progresando a pesar de los Pilatos
    Que inventaron sus dogmas reaccionarios
    Para aplastar la Vida y sepultarla.
    Pero la Vida siempre resucita
    Y el Hombre sigue en marcha hacia el futuro.
    Creo en los horizontes del Espíritu
    Y en la energía cósmica del mundo,
    Creo en la Humanidad siempre adelante,
    Creo en la Vida perdurable.
                                 Amén
                                                  José Luis Sampedro



© Jesús A. Salmerón Giménez


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario