Luis Landero,
con su novela El Balcón en invierno, ha sido el ganador de la X
Edición del premio Dulce Chacón de Narrativa Española. Desde Notas revista cultural le damos la enhorabuena, recordando las palabras que, a cerca de este autor extremeño y de la novela premiada escribió, en
SIETE LIBROS DE ENERO (1) , Jesús A. Salmerón Giménez
Como
sostiene nuestro paisano, y sin embargo gran crítico literario, J.M. Pozuelo-Yvancos: más que una
novela, pura vida. De Landero leí Juegos de la edad tardía en los años 90
("Cuando de casi todo
hace ya veinte años..."), y recuerdo que me gustó, pero que no me
generó adherencia a su literatura (los caminos del lector son
inescrutables...), craso error, sin duda porque sus obras, con poco que se
aproximen a ésta, deben de ser magníficas. Con un estilo directo y ligero
(pero, experto alquimista de las
palabras, conoce el peso exacto de cada
una de ellas, y cómo multiplican su valor en precisas y sabias combinaciones),
nos asoma al balcón de la vida: sus años de aprendizaje entre la remota
Extremadura rural de los 50 y el Madrid de los 60 (rompeolas de la emigración
masiva del campo a la ciudad de aquellos años). Deja memoria de su vida y de la
de sus mayores: gentes sencillas, pero prodigiosas; de unos tiempos sombríos,
pero también mágicos: Cada recuerdo que destila su pluma es un portento, por
como lo cuenta y por lo contado: debajo de su estilo sobrio y limpio, late la
imaginación desbocada de su fantástica abuela Frasca,
que le enseñó los arcanos y los ritmos de la narración oral.
Así
termina, en uno de los mejores finales de libros que he leído en los últimos
años:
"En cada instante, en cada frase, en cada pequeño
acontecer, lo trivial y lo misterioso van a partes iguales. Eso es todo, y no
hay más que contar. Un grano de alegría, un mar de olvido".
Luis Landero junto a su abuela Frasca
© Jesús A. Salmerón Giménez
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