domingo, 4 de octubre de 2015

TERESA DE CEPEDA Y AHUMADA (SANTA TERESA)

Rosa Campos Gómez


“La tierra que no es labrada llevará abrojos y espinas
 aunque sea fértil; así es el entendimiento del hombre”.

“Lee y conducirás, no leas y serás conducido”.
                                                              Santa Teresa

Este año se celebra el V centenario del nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada (Gotarrendura, Ávila, 28 de marzo de 1515 – Alba de Tormes, 4 de octubre de 1582), escritora del Siglo de Oro español, mística,  religiosa y Doctora de la Iglesia.  

Escribir sobre ella es hacerlo sobre una de las mujeres más carismáticas y activas de la historia de Occidente, así lo demuestra el interés que se ha tenido  por su vida y su obra a lo largo de estos cinco siglos, ya desde sus contemporáneos: la Inquisición (en la zona oscura de ese interés citado), que la acosó, recogiéndole los textos que no pudieron ver la luz hasta cuatro años después de su muerte, publicados por fray Luis de León (con él nos situamos en zona de claidad), en cuyo prólogo dice: "...en la forma del decir, y en la pureza y facilidad del estilo, y en la gracia y buena compostura de las palabras, y en una elegancia desafeitada, que deleita en extremo, dudo yo que haya en nuestra lengua escritura que con ellos se iguale".

Gerardo Diego nos dice que “Santa Teresa escribe, no tanto como habla, sino como es. Es escribiendo, lo es en su totalidad y unidad”; y Azorín ve en su lenguaje una singularidad que puede elevarlo por encima del de Cervantes, partiendo de este enfoque: el de ella corresponde al tiempo en el que el castellano se estaba haciendo y cuando el autor del Quijote escribe, éste ya estaba prácticamente configurado (Tragedia de Numancia y El trato de Argel, primeras obras de Cervantes, datan de 1582, mientras que la primera de ella, Cuenta de conciencia, es de 1560).

Otra muestra de la consideración hacia su obra la tenemos en Jean de Quintanadioine, que en 1601 traduce al francés  Vida, a la que seguirá Camino de perfección y Castillo interior.

Rosa Navarro, filóloga, catedrática de Literatura Española de la Universidad de Barcelona y comisaria de la exposición Teresa de Jesús. La prueba de mi verdad, dice de ella:  “Es una escritora única que creó la primera autobiografía de no ficción en lengua romance y una innovadora en la expresión”, y que en sus textos “Habla del alma porque la escritura era su otro yo”.

Con la reforma que aplicó se convirtió en una transgresora que modernizó y equilibró a la Orden religiosa  en la que entró a formar parte. Poseyó una inteligencia práctica genuina. Como escritora nos legó una obra importante, desde la que podemos adentrarnos en aquel tiempo y penetrar en  diferentes dimensiones: Cuenta de conciencia, Constituciones, ExclamacionesCamino de perfección,  Fundaciones,   Meditaciones sobre el 
"Cantar de los cantares",  Libro de la vidaVisita de descalzas, Vejamen y Cuatro avisos.

Fue una mujer apasionada que sigue apasionando, la riqueza y complejidad de su personalidad invita a ser motivo de estudio y de creatividad, como podemos comprobar en investigaciones, ensayos, novelas, películas, series, conferencias, exposiciones, pinturas y esculturas.
Teresa de Cepeda y Ahumada quiso ser y estar como mujer libre, dando una vuelta de tuerca a los tiempos en que le tocó vivir.







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Imágenes: 
      1.  Versos del poema `Nada te turbe´, que solía llevar consigo, anotados en un papel.

2.Teresa de Jesús, hacia 1576 (detalle), fray Juan de la Miseria.
El realizado por fray Juan de la Miseria, se considera el primer y único retrato en vida de Teresa de Jesús. Al parecer (según una leyenda no demostrada) tras ver el resultado, ella   le dio su opinión: “Dios te perdone, fray Juan, que ya que me pintaste, podías haberme sacado menos fea y legañosa”. Este retrato fue modelo de casi todas las posteriores pinturas que se realizaron. 

3. Santa Teresa, hacia 1650. Francisco de Zurbarán

4. El éxtasis de Santa Teresa, 1647-1652 (detalle) Gian Lorenzo Bernini.

4.Teresa de Ávila (detalle), 1827, François Gérard.
La primera vez que vi la obra de François Gérard me dije que en nada se parecía a Santa Teresa (según los retratos vistos),  después pensé que había una fuerza enigmática en ese rostro que quizá hablara del interior que el pintor pudiera haber captado  a través de lo que supo de la mística, representándolo en esta creación; o quién sabe si hubo una modelo real que representaba para él la imagen de Teresa.


 Páginas:
http://www.cervantesvirtual.com/bib/bib_autor/santateresa/
https://hlopezbello.wordpress.com/2015/03/28/
https://www.flickr.com/photos/avilas/


© Rosa Campos Gómez

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