Jesús A. Salmerón Giménez
"Tú por tu sueño y
por el mar las naves"
Tal día como hoy nació
Gerardo Diego, (Santander, 3 de octubre de 1896-Madrid, 8 de julio de 1987).
Poeta español miembro de la Generación del 27, autor de libros memorables como Imagen, Manual de espumas, Fábula de
Equis y Zeda o Versos humanos. En
el terrible éxodo de aquella generación
prodigiosa, él optó por el exilio interior, por quedarse a vivir en la España
del franquismo, y esto sin duda le perjudicó, pues son muchos los que confunden
talento literario con ideología. Sin embargo, es un escritor imprescindible de
las letras castellanas. Este hombre de apariencia hierática, “delgado y fino”,
“padre espiritual” confeso del gran José Hierro , es, en palabras de Benjamín
Prado, “un poeta de un ingenio, una musicalidad y una destreza comparables a
las de Lorca o Alberti”. Precisamente, como he contado en la reseña de Ahogada
en llamas, este verano, junto a mi hijo, visité la Fundación Gerardo Diego en
Santander, donde su hija Elena Diego, filóloga y vicepresidenta de la
fundación, a pesar de no estar abierta al público nos recibió con extrema
amabilidad, y pudimos comprobar cómo esta fundación mantiene vivo el “espíritu” de su padre y se
ha convertido un centro de primer orden para el estudio de la poesía española
del siglo XX (en la que colabora activamente, por cierto, según nos informó
Elena, nuestro eminente paisano y filólogo Javier Díez de Revenga). Como escribió Gerardo Diego: 'La fundación del
querer / es una suerte profunda. / Se funda lo que se quiere. / Se funda lo que
se busca'.
En su recuerdo publicamos
en Notas este soneto inmortal, “El ciprés de Silos”:
ENHIESTO surtidor de sombra y sueño,
que acongojas el cielo con
tu lanza.
Chorro que a las estrellas
casi alcanza,
devanado a sí mismo en
loco empeño.
Mástil de soledad,
prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de
esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas
del Arlanza,
peregrina al azar mi alma
sin dueño.
Cuando te vi, señero,
dulce, firme,
qué ansiedades sentí de
diluirme
y ascender como tú, vuelto
en cristales,
como tú, negra torre de
arduos filos,
ejemplo de delirios
verticales,
mudo ciprés en el fervor
de Silos.
Fundación Gerardo Diego
© Jesús A. Salmerón Giménez
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