viernes, 4 de septiembre de 2015

OLYMPE DE GOUGES, INMENSA



Rosa Campos Gómez

Olympe de Gouges,  óleo  de Alexander Kucharsky
Escrita por Olympe de Gouges, un 4 de septiembre de 1791 se publicó la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. Su autora es una mujer que vuela  más allá de lo que le permitieron volar en vida, trascendiendo a  su muerte -hace 222 años-, porque su actividad sigue planeando como un auténtico referente de lucha por la igualdad, la fraternidad y la libertad.
Reconozco que hasta hace muy poco ignoraba todo lo relacionado sobre esta mujer pionera en postular por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres -entre otras necesidades-,  y que al ir penetrando en su historia  una efervescente  curiosidad  iba surgiendo a poco que leyera sobre ella, seguida de una admiración grande.

Una breve mirada a su vida
A Marie de Gouze (Montauban, 7 de mayo de 1748-París, 3 de noviembre de 1793) le costó  ser reconocida por su padre, quien tardó en inscribirla con su apellido porque sospechaba que había sido concebida fuera del matrimonio. Aspiró a una formación que sus capacidades demandaban, sabiendo acercarse a los sitios que consideró adecuados en cuanto encontró oportunidad, que fue a los veinte años,  ya  viuda de Louis-Yvres Aubry -con quien la casaron sin darle opción a elegir-, partiendo hacia París con un hijo, Pierre Aubry,  con la intención de explorar nuevos caminos en su vida.

                                                                           La viuda de Aubry, acuarela (autor desconocido)
Cuando murió su marido estaba destinada a ser llamada  "la viuda de Audry" por los restos -a no ser que se volviera a casar-, según la tradición francesa. No es de extrañar que quisiera  tener nombre propio, hecho a la medida que ella quería;  se lo compuso:  Olympe (por su madre)  de (que añadía prestancia)  Gouges  (que difería del que su padre "oficial" tuvo reticencia en otorgarle).
Como, además de pertenecer a una familia con escasos medios -no entrando la formación académica  en sus cálculos ni en sus posibilidades-,  era mujer, adquirir conocimientos no fue asunto de fácil alcance,  por lo que sabiendo que no se le abrirían las puertas que necesitaba para evolucionar si se presentaba sin estar emparentada de alguna manera con la nobleza, decidió jugar una baza arriesgada: decir que era  hija del poeta Jean Jacques Lefranc, marqués de Pompignan -que al parecer era cierto, aunque él nunca reconociera esta paternidad-, con lo que Olympe  se aseguró rango y vena literaria -siendo  nada más que plebeya no la hubieran admitido-.


Así, con ganas ingentes de aprender y sabiendo dónde podía adquirir conocimientos,  se las ingenió para procurárselos. Entró en los salones parisinos donde se trataban asuntos de filosofía, letras, política…  Recibió  y se preparó para dar, haciéndolo con toda la hondura que pudo.
Se hizo con un nombre propio defendiendo derechos  humanos que eran necesarios y urgentes, tanto en el agonizante gobierno del Antiguo Régimen como en el que se estaba configurando con la Revolución Francesa. Y,  como una paradoja de lo cruel que puede llegar a  ser la estupidez humana, por esa defensa fue encarcelada varias veces. Le quitaron la vida cuando contaba cuarenta y cinco años de edad y tenía muchas causas que seguir defendiendo y muchas ganas de vivir.


                                                                                                                         Ilustración: Catel y Bocquet

Profundizando un poco más
«Todos los seres humanos nacen libres, iguales y con los mismos derechos». (DDMyC)

La vida no se lo puso fácil, pero ella hizo de sus circunstancias un buen ejemplo de resiliencia   -palabra joven en uso, que en poco tiempo se ha hecho conocida-. Defendió el derecho de toda criatura a ser legitimada, pidió que el matrimonio se pudiera romper -el divorcio- o renegociar al cabo de un año la continuidad o no dentro de él -el suyo le reportó una mala experiencia que no quiso repetir-1. Tenía hambre de saber2  y voluntad de hacer, siendo pionera en muchos aspectos:
-Creó  y dirigió L'Impatient,  periódico desde el que esgrimía los planteamientos de los valores por los que apostaba y respondía a quienes la criticaban y acusaban. Para las mujeres reivindicó el derecho al voto, a los bienes sociales como la educación y la propiedad, al aborto…

-Escribió  la Carta al Pueblo,  en la que proponía  la instauración de un impuesto patriótico centrado fundamentalmente en las élites financieras y nobles del país -levantando grandes ampollas y enemistades entre este poderoso sector-.

-Fundó un teatro ambulante.

-Fue una abolicionista activa, escribiendo textos en los que se manifestaba en contra del trato que recibían los esclavos negros; por ello fue encarcelada3.

-Fundó  una Sociedad Fraternal  abierta tanto a mujeres como a hombres. Escribió proyectos sociales en los que se  establecía una defensa intrínseca de los derechos de las mujeres y de la infancia4.

-Escribió la Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (DMMYC), considerado un documento de auténtica relevancia por la novedad que representaba y la importancia que conllevaba de haberse puesto entonces en práctica; sirviendo hoy de referente a muchas mujeres activistas por la igualdad entre hombres y mujeres5.

-Al ver que a pesar de la difundida proclamación de liberté, égalité, fraternité, estos eran conceptos que prácticamente se habían quedado en un mero lema, y que para las mujeres -tras haber luchado como ellos en la Toma de la Bastilla- nada se había movido, apeló a los hombres que ejecutaban el poder diciéndoles que se dieran cuenta de que sin ellas ninguno habría llegado donde estaba, e impulsó a las mujeres a seguir luchando  por  la consecución de sus derechos6.
-Denunció el terrorismo de Estado y se opuso a la Pena de muerte7.

-Y a pesar de todo, o por todo ello,  la dejaron sola8.

Durante el siglo XIX los historiadores, escritores y académicos franceses la relegaron al olvido más indecente, ridiculizándola, acusándola de analfabeta. Sería a partir de la segunda mitad del siglo XX  cuando su vida y obra empezó a estudiarse, especialmente por mujeres feministas de distintos países. En 1989 la historiadora francesa Ctherine Marand-Fouquet dirigió una solicitud a Jaccques Chirac -entonces presidente de la República Francesa- reclamando que el nombre de Olympe de Gouges figurase en el Panteón de París, reclamación que fue rechazada.

Esta inmensa mujer, pacifista, feminista..., fue una revolucionaria incluso antes de que estallara la revolución, una  radical en estado puro,  una mente brillante  con ansias de romper desde la palabra escrita las fronteras sociales que  afectaban a la vida de las mujeres y a las clases más oprimidas, no en vano ella había probado en cuerpo y alma  el amargor de las injusticias,  eligiendo transformar su vida, viviendo ser mujer desde la libertad, con respeto a la vida, con alegría  -menos cuando las fuerzas del poder establecido se lo impedían-, queriendo estos valores  para todas, para todos. Olympe de Gouges propuso otra realidad social, más justa, a la que (sin negar los avances) todavía no hemos llegado.

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1. En París convivió con Jacques Bietrix de Roziere, oficial de marina y dueño de la Compañía Real de Transportes Militares, que quiso casarse con ella. Olympe, aunque continuó viviendo con él, no aceptó porque consideraba que era perder libertad de acción  (las mujeres, una vez casadas, se tenían que subordinar al marido).

2. Frecuentó los lugares en los que se hablaba de filosofía, literatura, política…  Asistió a las clases de  Nicolas de  Condorcet (1743-1794), filósofo, científico, matemático y politólogo francés, considerado pensador profeminista. Leyó al escritor P.  Choderlos de Laclos (1741–1803) que defendía  la educación de las mujeres y la apertura de la literatura al género femenino. Compartía  ideas de Rousseau y Montesquieu.

3. En  La esclavitud de los negros, titulada después Zamore et Mirza, ou l´heureux naufrage (1785) se manifiesta en contra del trato que recibían los esclavos  negros y defiende su derecho a la libertad, comedia que se hizo muy popular y que iba a ser representada por la Comédie-Française, pero no llegó a serlo porque  dependían de los ingresos que recibían de la Corte de Versalles y ésta estaba dispuesta a cerrarles  el grifo. Por aquél entonces tenemos que tener en cuenta que  una buena parte de los ingresos exteriores de Francia los aportaba el  negocio del tráfico de esclavos, que gestionaban las familias de la nobleza más poderosas.  Por escribir este texto fue encarcelada en la cárcel de la Bastilla, de donde consiguió salir con ayuda de amigos. El tiempo que estuvo encarcelada no la acalló, siguió escribiendo sobre el mismo tema, publicando en 1788 Reflexions sur les hommes négres,  aquello le valió el ingreso en el Club de los amigos de los Negros. En 1790 escribió Le marché des noirs.  Su intención era clara, buscaba la eliminación de esta práctica, encontrándose con la oposicón de las élites financieras francesas, cuyo enriquecimiento preveían muy mermado.

4. Fue precursora de la protección a la infancia y a los desfavorecidos al proyectar un sistema de protección materno-infantil (creación de maternidades) y recomendar la creación de talleres nacionales para los parados, y de hogares para mendigos.

5. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos del Hombre y del Ciudadano de 1789 no  aparecía por ninguna parte la palabra mujer por lo que Olympe de Gouges (seudónimo de Marie  Gouze),  decidió enmendar la plana  creando la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, calcando el título de la de 1789  y sustituyendo la  palabra hombre por  mujer; obra que actualmente es considerada la primera proclamación femenina de igualdad jurídica y legal, con derechos cívicos universales, con equivalencia a la que se destinaba a los hombres. 
Aun siendo una tirada de nada más que cinco ejemplares, y rechazada cuando se presentó ante  la Asamblea revolucionaria, la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana fue, no obstante, conocida en toda Francia y fuera de ese país. Lo que en ella se contemplaba la hacía válida por igual para mujeres y hombres,  por lo que está considerada como la primera verdadera declaración de los derechos humanos invalidando con su existencia a la de 1789.

6. Dice en el Epílogo de su Declaració de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana:
"Mujer, despierta, el toque de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ¡Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuando dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la revolución? Un desprecio más marcado, un desdén más visible. [...] Cualesquiera sean los obstáculos que os pongan, podéis superarlos; os basta con desearlo."

7.   Criticó la política de Robespierre y Marat. Se opuso a la Pena de muerte, ofreciéndose para defender de la misma a Luis XVIsolicitud que sería rechazada con el argumento de que «una mujer no puede asumir esa tarea». Denunció la Creación del Comité de Salvación Pública por el terrorismo de estado que ella entendía que estaba ejecutando. Acusada de reaccionaria fue encarcelada de nuevo y, el 3 de noviembre de 1793, conducida a la guillotina.

8. La dejaron en la más absoluta soledad desde cualquier flanco político,  hasta su hijo, a los pocos días de que la mataran, reniega de ella y de sus ideas políticas, por miedo a tener el mismo final.



Algunos libros que sobre ella se han escrito:

                                                                                                                                                       
 Este artículo es sólo un esbozo sobre  Olympia de Gouges y la repercusión de su legado. Hay mucho que conocer de los silencios y de los retrocesos que se vivieron al olvidar intencionadamente su trabajo (como el de otras mujeres), también el de hombres (como algunos de los citados) que deben de ser recordados por la aportación tan valiosa con la que han contribuido a la lucha por la igualdad de derechos entre ambos sexos.

Gracias a quienes han escrito sobre ella y han compartido sus trabajos en Internet:

.Guisela López,`Olimpia de Gouges, un personaje que escribió su propia historia´ http://www.ciudaddemujeres.com/articulos/IMG/pdf_OlimpiaDeGouges_GuiselaLopez_

.Mercedes  Santos Moray, `Olimpia de Gouges, por los legítimos derechos de la mujer´
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=36477

.Mercedes Navarro , `Olympe de Gouges, palabras letales´
http://www.21rs.es/news/view/7496  21 la revista cristiana de hoy

.Edmundo Fayanas Escuer, `OLympia Gougues, la luchadora ignorada durante siglos y tardíamente reconocida´ 
HTTP://WWW.NUEVATRIBUNA.ES/ARTICULO/CULTURA---OCIO/OLYMPIA-GOUGUES-LA-LUCHADORA-IGNORADA/20130102165713086128.HTML
http://clio.rediris.es/n31/derechosmujer.pdfhttp://clio.rediris.es/n31/derechosmujer.pdf


© Rosa Campos Gómez

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