Rosa Campos Gómez
Otra
vez la luz, palomas, de Jesús Cánovas Martínez, ha sido el poemario ganador del XIX Premio de Poesía `Aurelio Guirao´, que otorga el IES Diego
Tortosa de Cieza. Correspondiéndole el
nº 15 en la Colección Acanto, que desde
2009 viene editando La Sierpe y el Laúd.
Una
introducción del propio autor precede a sus poemas, desde la que nos abre la
puerta de los sentimientos que en ellos
anidan a través de unas palabras llanamente filosóficas –no en vano es
catedrático de Filosofía, ejerciendo como profesor en el IES Juan Carlos I (Murcia)–; aproximándonos, además, a la amistad, cimentada en 1990, que mantuvo con el poeta, y fundador del grupo literario Aurelio
Guirao. Poemas que están acompañados con dos
significativas ilustraciones de Alejandro Martínez Albentosa, e iniciados tras
la cita de unos versos de Manuel Altolaguirre:
«Yo soy aquél de quien hablo. /
¿Desde dónde me contemplo?»
Jesús Cánovas va al encuentro del chiquillo que fue y que aún lleva dentro, y lo hace desde una verdad
que alegra o duele, según el sentir que desde
la memoria le acude, porque el contenido de Otra vez la luz, palomas se eleva
entre claridades y desgarros. Claridades
que envolvieron los días en su vida cuando todo lo que acontecía tenía
el sabor de lo nuevo y lo habitaba la inocencia. Desgarros que la misma vida va
produciendo mientas nos devela lo oscuro en ese suceder que a veces
presentan las horas por las que vamos
caminando. Haciéndose poesía dos
realidades, la que se intuye y no es tocable, donde el tono íntimo y
transparente impregna de emoción lo que
siente el autor, y la que tiene
presencia bien delimitada, donde es
fácil ver con una naturalidad precisa y nítida lo que él observa. Dos
realidades que se entrelazan para
sumergirnos, como lectores partícipes, en las mordidas que el existir puede causarnos y en la luz que un día nos caló y que al buen
acecho anda para mojarnos de nuevo, desde la memoria de la niñez vivida transferida a unos hondos poemas.
Entre las dos
ilustraciones de A. Martínez Albentosa, lgunos versos de
Otra vez la luz, palomas:
Otra vez la luz, palomas
Como esos niños
juegan en la plaza,
recuerda que
jugaste en otra plaza
con traje de
domingo, detrás de las palomas.
Bajo los ficus
altos horadados,
la luz se debatía
precipitada y
alegre entre zureos.
El niño
(…)
Vive en pura
inmanencia entre las cosas
a golpes de luz, y
las sorprende
a cada instante
nuevas, siempre a golpes,
a golpes de azul,
insistentes de vuelo.
(…)
Pero descenderá ese
niño cada día
por unos escalones hacia
abajo,
como olvidado de su
origen.
Barrio
Andas con el
cansancio bajo el cielo
gris como la
costumbre de sentirte,
y miras por las
calles de este barrio
un destierro de
cosas,
el olvido hacia
donde fluyen,
su frío aletargado,
su abandono.
(…)
De las ventanas
cuelgan retahílas de trapos
–puestas sobre el alambre,
pinzas de colorines–.
Una moto olvidada
entre las puertas,
tablas que ya no
sirven,
hierros en los
balcones
techan el
desamparo; sillones, una lámpara.
Sobre el gris de la
piedra los graffitis
–o pintadas
piadosas lo pretenden–
lucen el esplendor
de la miseria:
“Te quiero”
"Juan el Negro te ama, Rosa”.
Rutina tras las
barras
de hombres a la
deriva de los bares.
Entre los
excrementos de los perros,
grupos de
adolescentes.
Plaza
(…)
Paso como una
sombra entre las sombras
por la plaza de
esta ciudad desierta,
la plaza solitaria
donde llueve
sin muchachas que
griten o que alegren
mientras deprisa
corren
con paraguas
abiertos bajo el cielo.
Casa muerta
La tarde cae
oblicua
y se apoya sin alma
contra el muro.
Se fatiga la luz
sobre las piedras.
Los escombros. Las
tapias. Los relumbros
del sol en los
cristales, hechos trizas.
Cascotes y cemento
se apilan. Zumban
moscas. Tejas rotas.
Vuelan vencidos
pájaros de tarde
y gritan. Flota el
polvo.
(…)
Luminosos y azules
Eran los días de la
infancia
luminosos y azules,
tendidos bajo el
sol.
Entonces era yo inocente
y me sentía en viva comunión
con la más simples cosas,
sobre las que la luz posaba su caricia.
(…)
Más información sobre Jesús Cánovas Martínez en su blog, El ARCO DEL TRIUNFO
© Rosa Campos Gómez
Muchísimas gracias, Rosa. Un abrazo grande.
ResponderEliminarGracias siempre a ti, Jesús, por tu amabilidad y por el hermoso poemario. Un abrazo grande también para ti.
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