domingo, 18 de enero de 2015

CON MARÍA ZAMBRANO, BUSCANDO LA PAZ




Rosa Campos Gómez


   «Un estado de paz verdadera no habrá hasta que surja una moral vigente y efectiva a la paz encaminada, hasta que la violencia no sea cancelada de las costumbres, hasta que la paz no sea una vocación, una pasión, una fe que inspire e ilumine».
                                                    María Zambrano


      Duele la vida quitada a tanto ser humano, en cualquier continente. Detrás de tanta barbarie, y más allá de cualquier argumento referido y editado, debe de haber algo aún mayor, quizá una inercia a la comodidad, que nos impide exigir con toda la contundencia necesaria –no bélica–un respeto inquebrantable hacia el otro y hacia sus derechos.  Y si esta irresponsabilidad se produce,  ¿cómo recordar o mostrar ese respeto? ¿cómo hacerlo relevante para  quienes no lo ven? Acaso sean preguntas utópicas, inocentes…,  acaso. ¿Cómo decir No  a tanta alineación?  ¿Cómo decir, en efectivo,  que el cuidar de la Vida es de lo más grato que existe?  Sí, es posible que sean preguntas utópicas,  inocentes… Puede que necesitemos rehabilitar  la inocencia para saber contestarlas.

   Mirarnos dentro para sentir  y razonar lo que queremos y acudir a las reflexiones  de grandes pensadores humanistas es algo a tener en cuenta para no pisar la raya del olvido en el que puede caer esta necesidad  de paz que clama urgencia.


      Y, basándonos en esta premisa, recordemos que María Zambrano (1904 - 1991), filósofa española, en  Persona y Democracia: Una historia sacrificial, escrito en 1958, nos dice algo que invita al cambio, a la transformación social:  «Estar en estado de paz significa traspasar un umbral: el umbral entre la historia, toda la historia habida hasta ahora, y una nueva historia. La paz no es cómoda. Es vivir en estado de alerta, sintiéndonos parte de todo lo que acontece, aunque sea como minúsculos actores en la trama de la Historia y aun en la trama de la vida de todos los hombres. No es el destino, sino simplemente convivencia, lo que sentimos nos envuelve: sabemos que convivimos con todos los que aquí viven y aun con los que vivieron. El planeta entero es nuestra casa. La paz es mucho más que una toma de postura: una autentica revolución, un modo de vivir, un modo de habitar el planeta, un modo de ser persona».

   Nada nos es ajeno ni lejano, porque la información nos  vincula, y este lazo que proporciona el conocimiento debe implicarnos en la consecución de la paz, «aunque sea como minúsculos actores».


  © Rosa Campos Gómez



2 comentarios:

  1. Totalmente vigente y que necesitamos leer, ante tanta barbarie .... la palabra, PAZ

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  2. Olga, muchas gracias por tu comentario.

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