Rosa Campos Gómez
Simplicidademí es la
obra que Ana Almela Lucas (Cieza), nos ofrece en la Sala de `La Pecera´ del
Museo de Siyâsa (25/09 -12/10), comisariada por el director del mismo, Joaquín Salmerón. El título de esta exposición deviene de
“Simplicidad Significativa”, surgido primitivamente como enunciado del proyecto
de fin de carrera (BB AA, Universidad de Granada), realizado en 2002.
Si en otras ocasiones, y
bajo esa búsqueda, se ha centrado en el estudio de la naturaleza y del cuerpo
humano, ahora lo hace consigo misma como eje principal, a través de la pintura, de la fotografía y del collage,
a los que ha dado vida utilizando, entre otros materiales, lienzos preparados por ella, pigmentos que
aglutina con látex, recortes de
imágenes: “Algo que heredé de mi padre,
él tenía en un cajón recortes de ojos, piernas, objetos.. que luego
utilizaba para crear pequeñas obras para ilustrar algunos de sus poemas”. Y
junto a ellos algo a lo que la propia artista les confiere valor: “las fotografías tienen un peso importante
pues es de donde nacen las obras pictóricas y a la vez son en sí una obra”.
Nos encontramos con trabajos donde la figura es inequívoca, a la vez que difusa en algunos casos –por efecto de la veladura y de la línea en fuga–, remitiendo a un interior donde lo sentido se traduce en un lenguaje plástico que impone. El negro y los grises predominan, y entre ellos colores casi quebrados en la pinturas, destacando las gamas de rojos, amarillos y azules, aplicados de manera acuarelada en zonas precisas; subiendo mucho más el tono y ocupando más espacio en las fotografías.
Vemos formas físicas de la propia autora, que nos conducen a su interior, ese lugar no tangible donde habita la búsqueda de esa esencia personal que comulga con la simplicidad. Una conexión que aspira a tocar lo más autentico del ser humano, el de ella, y a enlazarlo, por comunidad sensorial, con esa parte que se halla en el espectador que a mirar se detenga.
Un expresionismo muy
particular está presente en estas pinturas,
también en las fotografías tratadas por la creadora de `Simplicidademí´, que a
su vez es la protagonista –retratos
tomados en su día por Marina Urías– , donde
los trazos de color aplicados y las líneas acusadas le otorgan una fuerza provocadora y dinámica que
se suma a la que ya contienen las imágenes.
Junto a la figura, las
redes llegan a adquirir un protagonismo que deja su timbre en todas las obras,
esgrimiendo un lenguaje que el
espectador debe interpretar. Mas antes de indagar en esa comunicación que se nos propone, se hace
necesario reconocer algo que nos llega en un primer plano intuitivo, al mismo mirar cualquiera
de los trabajos expuestos: una capacidad de riesgo importante, de
transgresión, que indica el potencial
que tiene Ana Almela como creadora de un mundo singular en el que –como todo lo
artístico– nos abre la puerta
invitándonos a entrar, a sentir.
Reverso de tarjeta con el poema escrito por su padre para la obra que contiene esta exposición.
© Rosa Campos Gómez
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