sábado, 27 de septiembre de 2014

PATRICIA DATO CARRILLO


Rosa Campos Gómez


Es una soprano con voz portentosa,  elegante, frágil en apariencia,  se llama Patricia Dato Carrillo (Cieza,1981) y lleva la música en la sangre, no en vano su  madre, Mercedes Carrillo, ha impartido clases durante muchos años en la Escuela Municipal de Música, y su padre, Manuel Dato (1947–2013), era un melómano sin remisión, además de poeta y maestro.  Su vida siempre ha estado relacionada con este arte. Aunque no recuerda el momento preciso en el que dijo “quiero cantar”, se recuerda, de  muy pequeña, haciéndolo en casa y en el taller de su abuelo, el escultor, y también músico, Manuel Juan Carrillo Marco (1915-1988).
Un largo camino desde que diera sus primeros pasos en el aprendizaje académico: la Escuela del Zaraiche, pasando después a la Escuela Municipal de Música, donde se inició con el requinto (el instrumento más agudo de la familia del clarinete)  ya que era muy pequeña y no podía con un clarinete normal  dedicándole más tiempo a este último porque sus dedos eran muy pequeños para ajustarse al primero. 



    Háblanos de tus inicios en el canto.
  Con seis o siete años comencé a cantar en el coro de mi Colegio  Juan Ramón Jiménez con don Juan Sánchez como director del coro y del propio colegio. A los 12 me apunté con varias amigas  al `Coro de Amigos de la Música´, esta experiencia con el canto coral me marcó mucho y a partir de ahí empecé a tener claro lo que quería. Conocí a gente del mundo de la música que me animó bastante para  realizar la carrera de canto.  Cuando comencé el instituto me enteré de que hasta los 18 años no se puede estudiar Canto porque el cuerpo todavía no está totalmente desarrollado, la pubertad es un periodo de cambios importantes. Se produce un alargamiento de las cuerdas vocales y es a los 18 años cuando todo este proceso se estabiliza.  Cuando tenía 19 años hice la prueba para el Conservatorio Profesional  de Música de Murcia, pero mi padre me dijo que era una carrera larga,  que terminaría con 29 años y que eso era mucho tiempo, que buscara otras opciones, y aquí tengo que romper una lanza a favor de mi madre, ella luchó para que estudiara lo que más me apasionaba: la Música y el Canto.  

   ¿Qué recuerdas de tus años en el Conservatorio?
 Los primeros años fueron  agridulces por los constantes cambios de profesorado en mi especialidad, la asignatura de Canto. Aunque tuve una profesora que me  enseñó bastante, Encarna Aurora Serna. Solo me dio un año, pero tomé apuntes de lo que explicaba sobre técnicas; apuntes muy valiosos que todavía hoy repaso. Años más tarde accedí al Conservatorio Superior de Música de Murcia para realizar la especialidad de Pedagogía del Lenguaje y de la Educación Musical, o lo que antiguamente llamábamos la carrera de  Solfeo. Decidí cambiar a esta especialidad  y dejar el Canto sólo para mis ratos libres y por  puro placer. Tuve en cuenta el consejo de mi padre:  “que sea algo que te dé de comer”.  Además, lo que realmente me apasiona es la enseñanza del lenguaje musical y esta especialidad me reportaba lo que pretendía en aquel momento. Dedicarte al mundo del canto en plena crisis era algo impensable. Por desgracia no se valora el trabajo del músico.

     Es Profesora de secundaria en el Centro `El Ope´, de Archena. Ha trabajado durante cinco años como profesora de Lenguaje musical y coro en la Escuela Municipal de Música de Abarán, y además, actualmente, trabaja  en un colegio de Murcia especializado en autismo, y afirma que esto le gusta más que subir a un escenario:
  Escuchar a estos alumnos especiales cantar, hacer ritmos o bailar es una sensación maravillosa  que no cambio por nada.

  

 Y directora de la compañía Lírica  `Amigos de la Zarzuela´, de Abarán, donde lleva tres años dirigiendo el coro de la misma e  impartiendo talleres de Canto y Ópera.
  Con ellos he realizado una adaptación teatral de Las Bodas de Fígaro, de Mozart, una experiencia muy gratificante.  Me gusta porque me permite mantenerme en contacto con la música, académicamente hablando, implicarme más directamente.  Ahora vamos a preparar dos zarzuelas. Me gusta más verlos a ellos como trabajan y evolucionan, que hacer yo un concierto de cine. Son unos artistas, tienen más tablas que algunos músicos de conservatorio. Ellos cantan de oído y apenas saben lo que leen en la partitura pero  viven y sienten  la música como pocos.

  Decíamos al principio que es frágil en apariencia, queda explícito que es sólo en apariencia, porque si miramos su quehacer vemos que posee una energía arrolladora que puede con mucho de lo que le echen en música, aunque con todo no sería humanamente posible:
  Me llaman para muchas cosas, a las que tengo que decir que no porque me faltan manos, voz y tiempo.

  Quiere acercar todo lo que envuelve a los creadores clásicos  a los alumnos,  motivarlos desde todos los ángulos que le sea posible, el traducir las letras de las obras  de los autores clásicos es uno de los que considera más importantes.
  En la enseñanza me gustaría mejorar algunos aspectos de lo que a mí me han enseñado, por eso estoy trabajando en unos cuadernillos que centren a los alumnos en lo que están aprendiendo, que sepan ubicar a los autores clásicos con su música y el contexto en el que vivieron, que tengan las letras de sus canciones traducidas para que sepan de entrada de lo que va el tema.  Mi vida laboral me lleva por esos derroteros.

    Hablar con Patricia Dato un mínimo de tiempo  lleva  implícita una clase de música gratis,  así lo siento cuando responde a mis preguntas sobre su tesitura de voz y sus preferencias.
   Tengo facilidad para hacer los pianos, y en especial me gusta el lied, que es una canción lírica que se cantaba en Alemania y también en Francia durante el Clasicismo y sobretodo en el Romanticismo, la letra es un poema cantado por una voz solista, acompañada casi siempre   de piano. En España tenemos su equivalente en obras de Falla, Turina y Granados. La letra de los lieder son poemas de grandes escritores como Goethe o Víctor Hugo. Me gusta mucho cantar poesía, recuerdo como nos recitaba poesía en el instituto el profesor José Carrasco, recuerdo  la musicalidad de su voz quebrada.   Con la poesía me emociono mucho, puedo llegar a llorar cuando la leo, (no podía leer la de mi padre cuando él vivía, imagínate ahora). Pienso que se debe de haber sufrido mucho cuando se escribe algo tan sentido y eso me conmueve –en este momento se trasluce la emoción en su voz, hace una pausa y continúa .También he cantado ópera. Mi registro es de soprano lírico ligera, se adapta a  las obras que requieren una voz ligera y clara.


  Una actividad para la que siempre saca tiempo.
  Hay algo que continúo haciendo desde hace unos 15 años y que no lo dejaría por nada: formo parte del coro `Xolo  de Voces Blancas´ de Molina de Segura. “Xolo” es el nombre que tienen las canciones que cantaban en América los esclavos  en los días de fiesta, para agradecer la vida y la libertad.  Y es de voces blancas porque está compuesto solo por mujeres. Se llaman así a los coros compuestos por niños o por mujeres. Con estas características hay solo dos coros en España. Lo dirige Bernadet Kühne,  una directora excepcional, de la que he aprendido mucho. Hemos actuado en diferentes provincias  de España y de Italia y hemos  ganado varios concursos nacionales e internacionales, como el 1º Premio en el XLI Certamen de Ejea de los Caballeros (Zaragoza) y Cantonigros (Barcelona).

  Un proyecto en marcha junto al pianista Pablo Martínez Pino.
  Estamos preparando un ciclo de lieder basado en el romanticismo alemán, obras de R. Strauss, Schubert y Schumann. Pablo es un compañero  con el que me gusta trabajar, ahondamos en los matices, en la esencia de esta música, y disfrutamos mucho en los ensayos.

  Independientemente del género que sea, sobre escuchar música dice:
  María Callas es la cantante a quien más admiro, incluso en las grabaciones que tiene con defectos considero que es la mejor por la pasión que pone, por cómo interpreta… ¡si murió de amor!, eso lo dice todo. También a Teresa Berganza, Victoria de Los Ángeles,  pero la Callas es única. En voces masculinas disfruto y estudio la técnica de don  Alfredo Kraus.
  Me gusta el jazz (especialmente las voces de Billie Holiday, Sarah Vaughan, Diana Krall, Ella Fitzgerald). Y Eric Clapton, Los Beatles... Alguna vez he interpretado algunas de sus canciones, y lo hago con agrado  aunque  sufro un poco porque con este tipo de música se utiliza el micrófono y no sé con precisión cuanto tengo que contener la voz.
    Si la música es buena me gusta, lo que echo de menos es tener más tiempo para escucharla.

    Y en literatura:
  Suelo leer  a Mario Benedetti, Ángel González, Luis Cernuda, Luis García Montero…

 

   Había varios sitios para el encuentro, entre ellos el despacho de su padre, opté sin dudarlo por ese lugar, donde nos reunimos una tarde cobijadas entre sus libros y su música, sorprendiéndome de los numerosos discos impecablemente ordenados y anotados por el hombre cercano y apasionado con el que compartíamos todos los sierperos grandes horas de Sierpe y de Laúd, colectivo con el que también ella ha colaborado siempre que se le ha pedido.

Patricia  Dato es amable, cercana, ama lo que hace y lo lleva a cabo de excelente manera, quienes hemos tenido la suerte de escucharla lo sabemos.  Recuerda que su padre le decía: “Un músico tiene que sentir la música y si no es mejor que no se suba a un escenario”. Y ella la siente y lo transmite, para gozo de los que vivimos en  lugares más alejados de los centros capitalinos donde más frecuentemente se programa la música clásica, y es que a menudo la vida, si sabemos leerla, es muy generosa. 
                            
                                                                               Rosa Campos Gómez

                                                                                                     

© Rosa Campos Gómez

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