Rosa Campos
Si sacamos la cabeza del hueco del ala vemos las cosas que esperan nuestra no
tolerancia y nuestra negación a la pasividad desde cualquier ámbito, en
especial desde el de que tiene obligación de dar la cara, porque si es testigo y calla, la cultura no es tal, sólo un
sucedáneo.
Mujeres. Duele hasta el reproducirlo escrito: a finales de
mayo han violado y ahorcado a dos mujeres indias, dos niñas de 14 y 15 años
pertenecientes a los `intocables´ (dalits),
el estrato social más bajo del sistema de castas del hinduismo; a ellos
se les destina el trabajo –prohibido por ley en 1993, pero no extinguido– de
recoger los excrementos del prójimo con las propias manos, y la mayoría de
estos parias o impuros que realizan esta tarea son mujeres). Parece ser que
estas mujeres son las que mayor agresión sufren, por casta y por género. Las
clases consideradas por encima de los intocables, no suelen denunciar las
violaciones que padecen las mujeres del
más bajo eslabón social hindú. Estas dos
adolescentes son las últimas de tantas
otras que han sufrido esta tragedia extrema.
223 niñas nigerianas, raptadas. No quieren que reciban
educación. Vendidas a doce dólares. … Cuánto desvarío, y qué vergüenza.
Mujeres y pobres, si lo segundo es una desdicha no tenía por
qué ser mayor al sumarse al género, pero por desgracia lo es.
Niños. En este planeta nuestro mueren de hambre 8.000 niños
cada día (datos de Europa Press). En
este junio que iniciamos hay comedores escolares que se cierran y que dejarán
con necesidades alimentarias a muchos niños de el llamado Primer Mundo.
Son cosas que deben dolernos hasta sentir hondo las
punzadas, hasta hacernos agudizar las capacidades y el entendimiento.
Es necesario
hacer más de lo que se hace, activarse hasta conseguir que esto dé la vuelta, está en juego nuestro
propio respeto como seres humanos además de el de los niños y el de las
mujeres que no viven con sus derechos porque se les amputa la dignidad, y se les impone cargar con un destino no
elegido, ni merecido.
¡Tanto por hacer!
¡Tanto por hacer!
© Rosa Campos
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